martes, 4 de marzo de 2014

Democrácia ¿participativa?



La pasada semana tuve, de nuevo, la sensación de que a veces por las normas, leyes o como quieran llamarlas, la gente se cansa de la democracia en todos los aspectos. Hace unas semanas criticaba la participación en las primarias de @Equo, creía y sigo creyendo que en un censo de casi veinte mil personas el votar solo un 10% no es representativo, pero al fin y al cabo el resultado es el resultado y eso es del todo incuestionable. Esta entrada tiene que ver con algo similar pero sorprendentemente inverso a la lógica. Como digo, la semana pasada pude ejercer mi derecho al voto en el colegio de mi hijo, el CEIP Julio Cortázar de Getafe, desde que el mayor se encontraba en el también, se celebra todos los años esta apuesta por una democracia que resulta graciosa dado su resultado. Os explico: todos los años se celebra una votación para saber si los padres y madres del colegio quieren o no que el mismo pase a ser con horario continuo o quedarse con horario partido.


Lo interesante de este acto de democracia es que no existe tal democracia en el resultado de las votaciones, resulta que por motivo de no sé qué norma o ley de la Comunidad de Madrid, el resultado de las votaciones viene condicionado a que tienen que realizar el voto los dos (padre y madre) y en un porcentaje superior al 65% del censo del colegio. Bueno, pues tal y como os pongo en la imagen adjunta, resulta que de un total de 599 de censo, han votado 350 personas (40 menos de las necesarias), pero resulta llamativo que los afirmativos sean un casi 98% para el cambio de horario y solo un 2% contrario al cambio. En una democracia real bastaría y se haría el cambio tal y como indican la mayoría de los padres ¿pero qué pasa en esta democracia tramposa? Pues que un número indeterminado de padres y madres que o por qué no han querido votar, porque no han podido o simplemente, y aquí viene la trampa, porque saben que si no votan no se llega al mínimo y por lo tanto no se cambia el horario. O sea que unos cuantos saben que su no participación falsea el resultado ya que saben que perderían y por eso no votan para que nunca llegue al 65%.

Esto que a todas luces llamaría la atención de cualquier entidad, no lo hace en la Comunidad de Madrid, que fomenta la antidemocracia y la no participación de los que se saben perdidos.


Dentro de unos meses llegan las Elecciones Europeas, y me hace gracia pensar que pasaría si aplicando la misma norma, no votase más del 65% del electorado y no se dieran por validos los resultados de esa manera, seguro que más de uno se rasgaría las vestiduras. Un 54,6% (1989), 59,1% (1994), 63% (1999), 45,94% (2004), solo en 1987 cuando se realizaron por primera vez tuvieron la suficiente aceptación. ¿Qué quiere decir? pues que realmente nunca ha sido la participación impedimento para admitir unos resultados, por muy pésimos y en contra que hayan sido de quien gobierna o de las minorías políticas, siempre se han respetado los resultados, siempre.

Al comienzo ponía un claro ejemplo de participación en un proceso de primarias, espero sinceramente que no volvamos a repetir la historia, que cuando se pueden cambiar las cosas (o incluso cuando no se puede) hay que participar, votar, y dejar que sea bueno o sea malo, el resultado sea lo que quiere la mayoría, pero si no participas puede pasar lo que pasa en el colegio de mi hijo, que la mayoría no decida lo mejor, si no que sea una minoría.


http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_al_Parlamento_Europeo

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